Patrimonio Natural
Los monumentos más importantes hay que buscarlos en la naturaleza que envuelve Robregordo. Acebos protegidos que se vuelven protectores los días ventosos, robles solitarios, como el Arbol del Paraíso, divinamente emplazado en la dehesa boyal desde tiempos inmemoriales, jaras, mostajos y majuelos, paisajes serranos salpicados de flores silvestres, moras, setas, vacas, libres, raposos, jabalíes.. Una exhibición del entorno natural en su máximo grado de generosidad y en perfecto estado de conservación.
El acebedal de la dehesa de Robregordo asegura momentos de tranquilidad y sosiego, tanto para el ganado que acude buscando pastos a la vez que protección del sol o el viento, como para los excursionistas, quienes podrán encontrar espacios inalterados y panorámicas espectaculares. Los tonos verdes del acebo, con sus flutos rojos adornando el árbol, se mezclan con colores más secos y variables, con hojas de cerezos silvestres, con tintes pardos de los robles y el terreno escarpado de la Cañada Real Segoviana, con el limpio azul del cielo...
La Dehesa Boyal
Situada al margen izquierdo de la antigua carretera Nacional I, a unos 400 metros al Norte del casco urbano. Destaca por su valor paisajístico, rodeada de sierras en tres orientaciones, la nutrida presencia de aves, la variada arboleda de robles, tejos, mostajos, cerezos silvestres - o "morriña" -, avellanos, abedules, sauces, endrinos, escarabajos, servales - llamados "de cazador" y espectaculares en otoño, con sus bayas rojas -, arbustos, piornos o retamas, "maillos" - manzanos silvestres -, majuelos, etc..
Cualquier fecha es buena para pasear por ella, aunque conviene recordar que es lugar donde está el ganado, por lo que el respeto a la naturaleza, fauna y flora, es imprescindible para no deteriorar un lugar tan bello, se debe evitar circular con vehículos, acampar, hacer fuegos, arrojar objetos extraños (cigarrillos, papeles, plásticos, etc.), arrancar cualquier "recuerdo", por pequeño que sea. La Naturaleza suele "pasar factura" por el disfrute indebido de la misma, el equilibrio es delicado, por lo que todas la precauciones son pocas.
El conjunto y armonía de olores de este lugar resulta impactante. Sus flores silvestres, de primavera, violetas, lirios, campanillas, rosas, frondosos helechares y retamas, que en Mayo y Junio, con sus flores amarillas, ofrecen un espectáculo maravilloso al que se une como fondo el extenso retamar de la finca de "Majafrades".
No acaba aquí su riqueza vegetal, completa su encanto los conocidos "ACEBOS", bosque único en el centro de España. Sus caprichosas matas de acebos, que en ocasiones llegan a ser arboleda, formando círculos o "aceberas", donde en su interior, parecido a cabañas, se protege el ganado de las inclemencias del tiempo.
Estas plantaciones caprichosas nacidas en esta tierra, con sus hojas de un verde brillante intenso, en todo tiempo y sus bayas rojas en otoño e invierno, son de gran belleza. Las "bolitas rojas" son alimento preferido del Urogallo, siendo probable que hayan existido en la zona.
Iglesia Parroquial de Santa Catalina
Situada en la Calle Real nº 59, su construcción data de primeros del siglo XVII; con posterioridad, sobre el 1953, fue remodelada. Tres naves con soportes de madera y torre de tres cuerpos, conserva un pequeño y valioso legado: la excepcional talla de San Juanito y el cordero, otra barroca de la Virgen y una meritoria pintura de Cristo crucificado.
Está dedicada a la Santa y cuenta con un pequeño atrio-mirador de forma semicilíndrica. La construcción es de mampostería vista, reforzada por sillares en las esquinas y tiene tres naves y una torre de planta cuadrada y de un solo vano central.
Área recreativa El Plantío
A las afueras de la parte alta de Robregordo, se encuentra el área recreativa El Plantío que dispone de varias mesas con bancos para comer o descansar y un campo de fútbol. Se puede decir que es un punto de escape para los que prefieren la bici de montaña o el senderismo.
Arroyos
Dice un refrán, "no hay fuente sin arroyo", y así es, la riqueza de la vida la lleva consigo el 'agua, del susurro de la fuente, llega la música de los arroyos. Por la zona más septentrional tenemos el de Santo Domingo, la Umbría y las salidas de Hoyo Redondo y Las Lagunas de Majafrades, se juntan en Los Arroyos. Un poco más abajo de "la madre", en el sitio de "las presas", sale el "Güera" y "los Cambronales" que recoge el agua de la dehesa y el vertido de Somosierra. Corriente abajo por el Oeste sale "Valdelacasa" y "Cardosillos", donde se forma el río Madarquillos, famoso por sus finas y sabrosas truchas. Por el Este, paralelo al pueblo, discurre el arroyo "El Valle", que por terrenos de Horcajo se une al Madarquillos.
La Fragua
Por ser pueblos labradores no podía faltar en ella la Fragua en donde se arreglaban las rejas del arado romano y se herraban vacas, burros, caballos, mulas y machos.
El oficio de herrero se remataba por años a favor de aquel vecino forastero que más ventajas reportase al Concejo y más barato cobrase la iguala a los vecinos del lugar. El herrero debía "aguzar" o calzar las rejas, herrar a todos los animales domésticos dedicados a las labores diarias de transporte, agricultura y servicios, debiendo proporcionar siempre el hierro necesario para fabricar los llamados "callos" o herrajes.
El oficio de herrero era compatible con otros trabajos, como labrador o carpintero. Había herreros como el de Somosierra y Robregordo que tenían trabajo más que suficiente por la situación en el paso del Puerto.
Los herreros aquí eran de utilidad pública, dada la importancia que resolvían. Los herreros trabajaban en sus oficios por la tarde y por la noche, debiendo ayudar los dueños de las rejas que se habían de arreglar, bien tirando del fuelle o machacando con pesadas mazas de hierro llamadas"machos", sobre la reja hecha ascua, según las órdenes y dirección que marcaba el herrero con golpe de martillo.
Especialmente en invierno y cuando los trabajos se lo permitían, dedicaba tiempo a confeccionar herraduras, clavos para cabrios y vigas de las casas nuevas, unas trébedes, unos picos, unas guadañas que podría vender en el pueblo. Para estos trabajos de poca monta no necesitaba ayuda alguna, pues ingeniosamente accionaba con el pié el fuelle, con la mano izquierda las tenazas que sujetaban la pieza que se debía calentar en el horno, y con la derecha atizaba la lumbre o machacaba sobre el yunque.
El carbón que utilizaban estos singulares personajes, ellos mismos lo hacían, arrancando troncos de brezo en la sierra de" Las Cabezas " o en la hoya de la " Umbría".
Actualmente han desaparecido estos artesanos, ya no se siembran las fincas de cereales, linares, ni huertas, cuando se necesitan azadones, picos, palas, hoces, se compran en la tienda de ferretería.
El Corral de Concejo
Por Resolución de la Junta de Gobierno Local, de fecha 22 de septiembre de 2008, se aprobó la adjudicación provisional del contrato de las obras de: ADECUACIÓN CORRAL CONCEJO, COMO EQUIPAMIENTO TURÍSTICO, CALLE IGLESIA, 29 DE ROBREGORDO. Con ello, se pretendió recordar de forma constructiva los muchos y buenos servicios que el Corral de Concejo prestó a Robregordo desde finales del siglo XVII hasta mediados del siglo XX.
Una vez separados por el Concejo de Sepúlveda mediante la intervención del Rey D. Fernando, los tres pueblos agrupados en un solo Concejo Somosierra, Colladillo y Robregordo por entender necesario defender el paso del Puerto de San Andrés, (hoy Somosierra) el pueblo de Colladillo ya no se nombra en el último documento de la Reina Doña Juana. Durante algún tiempo los otros dos pueblos siguieron reuniéndose en éste lugar según costumbre inmemorial, especialmente para elegir los alcaldes y oficiales que formaban un solo Concejo, lo hacían así en el año 1698.
El servicio del paso del Puerto se alternó con agricultura y ganadería empezando a surgir las desavenencias entre los pueblos, la libertad del ganado vacuno y equino aprovechaba abusivamente los pastos de los términos limítrofes.
Reunidos por las circunstancias ante el abandono del ganado, obligó a crear normas de cumplimiento, para que cada pueblo aprovechara exclusivamente los pastos correspondientes a su término municipal. Así se creó el Corral de Concejo.
Robregordo nombraba un guarda jurado cada año, se encargaba de vigilar campos, sembrados y dehesas del municipio, a pie o a caballo hacía cada día su recorrido aprehendiendo los ganados que estuvieran pastando ilegalmente, les conducía hasta el Corral de Concejo donde permanecían los animales abastecidos de agua. Sus propietarios eran avisados, pasaban a recogerlos, pagaban la multa y los daños causados. Cumplidas estas normas municipales el Alguacil los entregaba a sus dueños.
Durante más de 250 años este polifacético y popular recinto sirvió para el ordenamiento de las tareas de Robregordo, se adaptó a otros servicios de referencia y encuentro, como reuniones, salidas de "hacenderas", y distribución de personal a los puntos de trabajo. Punto de llegada de la antigua canalización de las aguas desde "La Madre" y su distribución para el riego de las huertas que siempre fue uno de los principales factores de la economía doméstica.
El Ayuntamiento en los meses de Mayo a Septiembre ordenaba el reparto del agua por horas y superficie sembrada, el riego se efectuaba de día y de noche. En sesión de Concejo se subastaba públicamente el servicio de "aguador", se exigía ser vecino del Pueblo, el precio más barato, dedicación exclusiva, vigilar el horario de los regantes y repartir con justicia el caudal de agua entre los vecinos. El "aguador" permanecía día y noche en el Corral de Concejo durante el periodo de riego, (excepto el tiempo necesario para su alimentación diaria) provisto de un listado oficial, reloj despertador, farol, una azada, saco y manta de dormir.
Este antiguo y amplio recinto de altas paredes de piedra y una sola puerta de entrada, se encuentra en la actualidad derruido y sin aprovechamiento alguno, el fin para el que fue creado ha desaparecido ya no se cultivan la tierra de los tercios donde se sembraban los cereales
Los muchos y buenos servicios que en su día cumplió, pretendemos trasladarlos a nuestros tiempos, partiendo de la base e ilustración de lo que fue antiguamente, en un lugar de expansión y recreo funcional donde los mayores recuerden sus vivencias y los jóvenes conozcan los anales de la Historia de la Villa de Robregordo.
Plaza Puerta del Sol, nº 1
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